Es un conjunto de prácticas y medidas de seguridad que fortalecen y protegen los sistemas y aplicaciones contra posibles vulnerabilidades y ataques cibernéticos. Su propósito consiste en entorpecer la labor del atacante y ganar tiempo para poder minimizar las consecuencias de un futuro incidente de seguridad y, de ser posible, evitar que éste se concrete en su totalidad.
¿Cómo funciona?
Esta solución fortalece y protege los sistemas y aplicaciones mediante la configuración adecuada, la aplicación de políticas de seguridad y la monitorización constante de la infraestructura de TI, lo que ayuda a prevenir y mitigar posibles amenazas cibernéticas y asegurar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los activos de la organización.